El autoconocimiento y la sanación como herramientas de reconexion con la naturaleza que somos y que nos rodea.

 

El punto de partida siempre está en el conocimiento, en la compresión de uno mismo y en reconocer quien soy dentro del mundo en el que vivo." 

Rut Nieves. 

Introducción 

Un breve relato de mi relación con la depresión. 

Soy una persona muy sensible, experimento todas las emociones muy intensamente, por muchos años de mi vida no supe cómo gestionarlas porque fue algo que nunca me enseñaron, para mi las emociones se sentían como olas gigantes y no tenía ni idea de como navegarlas. 

La emoción que mas amo y que mas me gusta mantener es la alegría (obvio a quien no), pero en mi caso no solo trataba de mantenerla todo el tiempo a toda costa porque era el alma de la fiesta, sino que solo me queria cuando estaba alegre y cuando llegaba la tristeza me sentia culpable y  me juzgaba. 

Cuando llegaba el clima de tristeza a mi vida, no me daban ganas de pararme de la cama, solo lo hacía para llevarme a los excesos de comida, fiestas, alcohol, mucho ruido y mucha gente. (mi consumo masivo aumentaba considerablemente durante este clima interno). 
Después de la fiesta, el bajón emocional era mucho peor, me sentía vacía y sentía un dolor muy intenso en mi alma y en mi corazón. 

Por muchos años esos episodios de depresión se convirtieron en un clima más, y cuando llegaba la tormenta hacía siempre lo mismo: mucha comida, mucha fiesta, mucho alcohol, mucho ruido y mucha gente, el patrón se repetía una y otra vez.  

A pesar de que había logrado todo lo que quería, (o todo lo que me enseñaron que era el éxito), el trabajo en una entidad reconocida, la carrera, la especialización, el apartamento de mis sueños, amigues, fiestas y un vínculo no formal, me sentia vacia e insuficiente, sentía que era un vaso sin fondo que no podía llenarse con nada. 

Esto  desató una crisis climática interna en el 2019, fue un huracán que se llevó todo y me movió tan fuerte que no pude seguir siendo indiferente. (toda acción tiene su reacción y tarde o temprano siempre llega la cuenta de cobro.)

En ese momento decidí tomar una decisión distinta y en lugar de repetir el patrón de fiestas, alcohol y comida, me fui para un retiro de yoga y de meditación en una ecoaldea llamada Varsana. 
En ese retiro me permití parar y sentir para sanar, la valentía de no huir de mis emociones y de estar en silencio con ellas fue la primera puerta que abrí para el proceso de reconexión con mi ser y mi tierra.  

Despertar la consciencia no es otra cosa que darse cuenta.

 

Esa sola decisión cambió drásticamente el rumbo de mi vida, y me llevó a un profundo cuestionamiento y a ver la realidad en la que estaba viviendo día tras día, sentir esa incomodidad de intercambiar mi tiempo por dinero en un trabajo que ya no me hacía feliz,  esa falta de sentido y de conexión con lo que hacía, reconocer que  no me sentía plena con la vida que llevaba porque todo el tiempo estaba evadiendo mis emociones; y adicional a eso darme cuenta de la contaminación ambiental, la destrucción de ecosistemas y pérdida de biodiversidad, el calentamiento global, la extracción abusiva de recursos y minerales,  el consumo acelerado, la desigualdad, la injusticia social, el pésimo sistema de educación, la manipulación, el abuso del poder,  la corrupción, la falta de propósito, la depresión, la ansiedad, TODO me dolía. 

Si nos llevamos esa experiencia individual, a la experiencia como colectivo podemos concluir que somos una sociedad deprimida, desconectada de la vida porque no tenemos conexiones significativas ni con nuestra propia vida en un sentido de propósito ni con la naturaleza que nos sostiene y nos alimenta.

Mariana Matija supo expresar con sus palabras esto que yo también siento y es que:  "la crisis de la tierra es la crisis de nuestra relación con la tierra y es la crisis de nuestra relación con nosotras mismas." 

Así es, TODO está conectado y lo que pasa afuera también nos pasa adentro porque somos unidad. 

El sistema de vida que hemos creado como sociedad no funciona, cada vez hay más crisis social y ambiental, y como no funciona tenemos que hacernos responsables y hacer los cambios necesarios para crear nuevas  y significativas formas de vida.

La responsabilidad como solución

El primer paso es hacernos cargo de nuestra vida y asumir nuestra responsabilidad como co creadores de la misma, esto implica que debemos conocer quienes somos dentro de la tierra en la que vivimos, cuáles son nuestras habilidades, debilidades, que nos gusta, en qué causas podemos aportar nuestro granito de arena desde nuestras experiencias, cuales son las heridas que debemos sanar o resignificar, qué emociones estamos evadiendo y cual es nuestro propósito en la vida.

Nuestra tarea no es salvar a la tierra, nuestra tarea es conocernos a nosotras mismas(o) y  despertar nuestra consciencia para trabajar en colaboración y no en contra de ella.

Para el autoconocimiento y la sanación existen muchas herramientas, las que han llegado a mi vida son: La programacion neurolinguistica, las caminatas ecológicas, la terapia de sanacion de mi niña interna, la astrología, la ayahuasca (yage),  las constelaciones familiares, la terapia psicológica, el coaching, la danza, el arte, el yoga y la meditación.  Cada quien como soberana(o) de su vida puede encontrar las suyas. 

Todas estas herramientas fueron el vehículo que me llevaron a una conexión muy profunda conmigo misma y con la naturaleza, hoy puedo decir que me siento conectada con todo lo que soy y lo que me rodea, no tengo mi vida resuelta pero, estoy caminando en conexión con mi esencia. 

Y así como yo, tu tambien lo puedes hacer porque lo que más hace falta en la tierra es lo que tu has venido a darle, nuestra esencia es única y cada una de nosotras tiene algo específico que entregarle.

Como la sanación no es un proceso lineal, en el camino sigo experimentando todo tipo de emociones, subidas, bajadas, soles brillantes, tormentas y olas gigantes pero la diferencia es que ya no me ahogo en ellas porque tengo las herramientas para navegarlas. 

La reconexión con la naturaleza que somos y que nos rodea empieza por la sanación y el autoconocimiento, descubrir quienes somos, que nos gusta, para que somos buenas y en qué causas podemos contribuir.

La tierra nos quiere libres, felices, conectadas y conscientes.